Entra, baila, enloquece: bienvenido al exceso
Luces locas, humo espeso, cuerpos en trance... y de pronto, una silueta con orejas de peluche y otra con casco de astronauta bailando damas distinguidas como si no existiera el mañana. No, no estás soñando ni en el rodaje de una película ochentera: te encuentras dentro de una dimensión llamada discoteca exótica. Ese rincón nocturno en el que